En la vida a veces tenemos momentos de una lucidez extrema, y nos damos cuenta del valor y la importancia que tienen para nosotros las pequeñas cosas de cada día, que nos hacen felices, gestos propios, o ajenos, controlables o no... pero que hacen que cada día merezca ser vivido.
Una foto que te manda un amigo, un árbol en flor, el renacimiento de la primavera... una charla por teléfono, sentir que el tiempo no pasa entre dos amigos de verdad... miradas encontradas... risas al mediodía... que el transporte público venga genial y no pierdas tiempo en los transbordos (esto es más prosaico, pero es que si se me da bien, me ahorro media hora)... que tus gatos te esperen en la puerta al llegar a casa, sedientos de caricias...
Ayer fui muy feliz, así que gracias a todos... y al Universo....
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