Me quema en la mano
la ausencia de tus dedos
entrelazados con los míos.
Me abrasa el recuerdo
de tus manos acariciando mi rostro
y mi pelo sigue enredado entre tus dedos.
A veces siento un aleteo en los labios
y miles de mariposas recorren mi boca
y sólo por un momento
vuelvo a recordar el sabor de tus besos.
Y algunas noches me despierto
soñando que he dormido
en el hueco que queda
entre tu abrazo y tus latidos.
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