Lo he pensado esta mañana en la ducha (es que a mí la ducha me cunde mogollón): desde febrero no he tomado ni un tranquilizante ni un ansiolítico. Desde el día 3 de junio (¡sorpresa!) ya no tomo ni valeriana ni tila (que caían dobles) para dormir... no he vuelto a tener ni un solo ataque de ansiedad.
Puede parecer una chorrada, pero para mí, haber superado esto, despues de sufrir SAG durante casi 7 años, es como pasar volando de un lado a otro del abismo.
Si alguien que lea este blog le pasa lo que me pasó a mí, le animo a que no se rinda, que siempre se tienen fuerzas para seguir luchando, que todo se supera... que sólo hay que dar pasos pequeños y tener confianza.
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