Comencé a oir su nombre con insistencia en Octubre de 2008: "Presentación en España del nuevo libro de Haruki Murikami, After Dark".
No miento al afirmar que no había oído hablar de él en la vida, y de repente apareció en todos los medios: radio, televisión, internet... incluso algún amigo comenzó a hablarme de él. No me llamó nada la atención, hace unos meses estaba concentrada en otro tipo de libros. Pero un día, en un Vips, ví uno de sus libros "Kafka en la orilla" y me leí el resumen de la contraportada. No tenía mala pinta, pero volví a dejarlo en su sitio.
Y su nombre seguía sonando en los telediarios... y en cada tienda por la que pasaba veía el dichoso libro. Al cabo de dos semanas volví a ver el libro en una tienda en una estación de tren, y lo compré. Pensé: "este libro me persigue... creo ya es el momento de llevármelo a casa".
Hay quien dice que el que lee a Murakami, o se engancha, o suelta el libro y sale corriendo. Yo estoy completamente enganchada.
Haruki Murakami nació en Kioto a principios de 1949. Hijo de profesores de literatura en el Japón de la posguerra, estudió literatura y teatro griegos y su primer trabajo fué en una tienda de discos. Después abrió su propio club de jazz. Vivió en Europa y América.
Las pocas cosas que se saben de él, pues guarda celosamente su intimidad, se dejan sentir en sus libros. Sobre todo la música: cada uno de sus libros tiene su propia banda sonora.
Como dice el refrán: nadie es profeta en su propia tierra. Entre la élite literaria de Japón es tachado de "escritor pop", y sus libros de "surrealistas". En cambio, entre la juventud de su país, y en prácticamente todo Occidente, la aparición de un nuevo libro suyo se convierte en el acontecimiento del año. La razón de que Murakami mueva masas es, para mí, que en sus libros se reflejan angustias vitales por las que todos pasamos, sin que salgan de nosotros mismos.
Hasta ahora me he leído cuatro de los libros que están traducidos al español: "Tokio blues. Norwegian wood", "Kafka en la orilla", "Sauce ciego, mujer dormida" y "After Dark". En todos ellos priman los sentimientos de pérdida de uno mismo, la búsqueda de un sentido, el vacío, la tristeza, la soledad y el valor de lo efímero. Las historias son íntimas, los sentimientos flotan en el aire, la tristeza es como una niebla que lo envuelve todo y no deja ver con claridad. Y es en esa niebla donde el mundo real y la fantasía se diluyen, donde aparece ese toque irreal, bastante cercano a la mitología japonesa (como bien aparece reflejado en "Kafka en la orilla" y en alguno de los cuentos de "Sauce ciego, mujer dormida")... en sus libros aparecen espíritus (en la mitología japonesa hay millones, por ejemplo, cada uno de los fenómenos naturales es la manifestación de una deidad: vientos suaves, fuertes, ríos, montañas, árboles...), el símbolo del espejo (el reflejo de uno mismo como análisis de nuestro "otro yo"), animales con personalidad propia... ese toque de fantasía me recuerda a películas como "El Castillo ambulante" y "El viaje de Chihiro".
También me llama poderosamente su forma de tratar el sexo, o mejor dicho, cómo viven sus personajes el sexo: de forma suave, tranquila... no son encuentros apasionados, hasta podría decirse que sus personajes viven el sexo de forma muy cohibida, tal vez como reflejo de cómo viven los japoneses la sexualidad y el mundo de las emociones (represión, falta de contacto físico, no expresión de las emociones... al menos de puertas para afuera).
Personalmente, me encanta. Me ha ayudado a adentrarme en una sociedad tan hermética como la japonesa, llena de claroscuros. Hace que mi imaginación vuele.
Acaba de publicar su nueva novela: 1Q84. Ha vendido más de un millón de ejemplares en sólo 12 días. ¿Cuándo la tendremos en España?
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