Soy el agua de la lluvia, caigo sobre una tierra sedienta que clama... calmo su sed... la tierra, las plantas me aman... me ama la Tierra, soy su sangre, le doy la vida... me aman los hombres que viven de la Tierra, que viven en ella... me odian los animales desamparados que viven en la calle, me odia la gente sin hogar...
Soy el agua de un estanque, quieta, oscura, sucia... demasiado tiempo quieta...
Soy el agua de las lágrimas de una mujer, soy la expresión de la emoción, soy el reclamo de los afectos incondicionales... soy el símbolo de la alegría y la pena...
Soy el agua de un río caudaloso. Soy el caldo de la vida, soy el movimiento de la naturaleza, soy el ruido del bosque y la pradera... soy el dulce que será sal mañana, cuando llegue al mar.
Soy el agua de una fuente cristalina, soy la bañera de un millón de pajarillos, soy el trago que calma la sed del caminante, soy la claridad del día... soy el símbolo del fluir y de la vida...
A vece soy vapor... a veces hielo.
Y en todas las formas de ser, soy útil, soy inútil... y hasta, a veces, soy dañina.
Porque nunca trato de ser lo que no soy.
Porque admito ser la parte del todo y no el todo.
Porque soy muchas cosas y una sola.
Porque no soy más de lo que soy,
pero tampoco menos.
(adaptación de una carta de Jorge Bucay)
1 Comentarios:
Bucay siempre el ,impresionantes palabras ,un saludo Maag
15 de marzo de 2009, 11:58Publicar un comentario