Mis primeros siete años van desde mi nacimiento hasta que salí de mi primer colegio, con siete años, el Gerardo Diego, y me pasaron al colegio de mis hermanos, el Joan Miró. Es mi mas tierna infancia.
Los siguientes siete años van desde 3º de EGB hasta 8º, con el paso al instituto: empiezan las responsabilidades, cuidar a mis hermanos, etc... el infiernillo de infancia del que ya hablé en mis 100 caras .
Los siguientes siete comprenden el instituto y la universad, hasta que cumplí los 21. Poco a poco me fuí liberando, creciendo y adentrándome en el mundo de los "adultos". Y ya van tres ciclos.
El siguiente ha sido un poco más largo, desde que comencé a trabajar en Repsol hasta ahora. Aunque ha sido muchísimo más intenso en el último año. En este ciclo comencé un trabajo en serio, me independicé, comencé a vivir en pareja... pero hasta este último año no he empezado a conocerme a fondo a mí misma, a entenderme y corregirme (intentándolo sin descanso, consiguiéndolo a veces) , a buscar lo que quiero ser, mis sueños, aunque haya muchas cosas que no se pueden conseguir (hay que esperar a encontrarlas)...
Comencé este blog para soltarle al mundo lo que pienso y lo que siento, porque hay cosas que muchas veces me gustaría gritar a los cuatro vientos. No esperaba que nadie lo leyera, porque el universo de internet empieza a ser infinito, pero me alegra mucho saber que tengo un público fiel, 77 navegantes que me vienen a ver de vez en cuando, algunos dejando sus comentarios, dándose a conocer, compartiendo su mundo... gracias por vuestro apoyo y cariño, silencioso o no.
En el blog he ido desgranando gran parte de mi último año, con mis euforias y mis bajones, y la ayuda que me ha prestado es infinita... estoy cambiando y el blog cambia conmigo.
Ahora estoy cerrando este último ciclo, lo cual no significa que vaya a hacer borrón y cuenta nueva con todo. Voy dejando tras de mí una piel que ya no me sirve, usada y destrozada por el tiempo, y aparece un nuevo yo, con nuevas ilusiones, inquietudes, ambiciones... un yo sediento de vida, de aprendizaje, ambiciosa y esperanzada conmigo misma.
No ha sido fácil, ni tampoco lo será de ahora en adelante. No quiero hacer castillos en el aire, pero tampoco ser pesimista: me llevará trabajo y esfuerzo, no dejaré de crecer de repente, no llegará un momento en que alcance la sabiduría, porque, como dice mi amigo Nacho, la sabiduría no existe (bueno, y la felicidad tampoco)... habrá trampas por el camino, pero poco a poco haré como el río camino del mar: sortear los obstáculos, aprender de ellos, olvidarlos y seguir mi camino rumbo al mar...
Cuando sabes que estás en un cambio de ciclo, a veces, el miedo atenaza, y surgen las dudas sobre si el camino elegido es el correcto, te sientes pequeño respecto tus objetivos... lo ves todo lejano, demasiado difícil, y es entonces cuando te das cuenta, o llega un amigo y te arrea una patada en el culo, y ves que eres tú mismo quien te limitas, dejas que tus miedos tomen el control y decidan por ti... tengo, tenemos, que darnos cuenta de que nuestro potencial es infinito... de que llegaremos a ser lo que queramos, que sólo nosotros vivimos nuestra vida.
Una cita que acabo de encontrar:
"Debo empezar mi vida,
una y otra vez,
soñando lo imposible"
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