Este jueves encargué carne para asar en el mercado de Aranjuez, algo que quedase rico al horno... y me sorprendieron cuando trajeron una pieza de ternera que se llama entraña, una parte de la ternera situada al lado de las costillas (aquí una foto de la pieza) y que se suele usar para hacer a la parrilla. Y claro, lo primero que pensé: oye, te has equivocado... que esto es para hacer a la brasa... pero no, me equivocaba yo, y aquí os dejo la receta de esta carne asada, que al tener tanta grasita queda muy, muy tierna y con la salsa está divina.
Ingredientes:
1 cebolla
1 manzana
manteca de cerdo ibéricoAOVE (aceite de oliva virgen extra)
Sal
Pimienta
Patatas (yo cogí las tres pequeñas que me quedaban de un encargo de Galicia... una lástima que no quedaran más)
Medio vaso de whisky (Johnnie Walker que andaba por casa...) y la misma cantidad de agua.
Preparación:
Es una receta que no lleva nada de trabajo y se tarda poquísimo en hacer. Picamos la cebolla y la ponemos a pochar en una sartén con un buen chorro de aceite, y mientras vamos precalentando el horno a 180º C (la temperatura es importante, para que el asado se haga despacio, se reparta bien el jugo dentro de la carne y no se quede seca).
Cuando la cebolla comience a dorar picamos la manzana (en mi caso usé una manzana roja que tenía por ahí, aunque creo que para cocinar quedan mejor las reineta) y la incorporamos para que se vaya pochando con la cebolla. Ponemos otra sartén al fuego, bien fuerte, y cuando la sartén esté bien caliente ponemos nuestra pieza de carne, dorándola por todos lados, con el fin de sellar la carne y que durante el asado todo los jugos se queden dentro.
Cuando la cebolla ya esté prácticamente transparente colocamos la pieza de entraña en una fuente de horno (previamente, y para que se dorase y cogiese un toque tostado, le unté manteca de cerdo ibérico por toda la superficie) y le añadimos la cebolla con la manzana, unas patatas peladas y cascadas, medio vaso de agua, medio vaso de whisky, sal y pimienta. Y al horno, 40 minutos. A mitad de la cocción se le da la vuelta a la pieza de carne, para que se dore bien por los dos lados y se riega con el caldo que se va formando.
Terminada la cocción, sacamos la pieza de carne del horno, y yo volví a meter la cazuela de barro con la cebolla, la manzana, las patatas y el caldo para que redujera un poco más, unos quince minutos, mientras la carne se quedaba reposando.
Sacamos del horno, apartamos las patatas y pasamos por la batidora la cebolla, la manzana y la salsita. Queda una salsa suave y bastante fina por lo que no la pasé por el pasapuré.
Para servir cortamos las carne en lonchas (yo hice unas cuantas bastante hermosas), añadimos las patatas asadas y napamos con la salsa.
Un plato tremendo que se prepara en una hora y que no tiene difucultad ninguna. A disfrutar.
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