Cada vez que me entero que fallece alguien cercano, o cercano a alguien que me importa, la cabeza empieza a bullirme, y me da la impresión de que me va a explotar.
Ayer me apetecía escribir sobre todo y sobre nada en particular, sobre lo maravillosa que es la vida, sentir el calor del sol sobre la piel, el viento susurrando entre las hojas... y es que las cosas más hermosas son las más sencillas.
Por eso la vida es tan frágil, y tan hermosa.
La religión del ateísmo
Hace 10 años
1 Comentarios:
Cuantas verdades...
4 de mayo de 2009, 14:59ciertamente...
Carpe Diem
besitos
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