Como no rendirse
ante una puerta siempre cerrada?
Ya no queda sangre
que acuda a mis manos para seguir llamando,
mi alma la derramó gota a gota...
Se oscureció la luz que filtraba
y paso a paso me alejé,
o se alejó,
despareciendo entre una niebla
de ilusiones fundidas.
Vuelvo ahora a mi ventana,
porque casi había olvidado
la luz de la luna
y el brillo de las estrellas...
1 Comentarios:
Buenos días guapa ¿Por qué estás tan triste? Hazme el favor de abrir ventanas y que corra el aire y que entren algunos rayitos de sol que quedan todavía en mitad de este otoño tan raro.
5 de noviembre de 2008, 9:42Besos y mas besos (en unos días, sorpresa en el Baúl :O )
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