Esta tarde ha entrado por la ventana olor a leña quemada, a chimenea... me he tumbado en la cama solamente para disfrutar de ese olor, que me recuerda a la casa de mi abuela, en Portugal, a mis doce años... mi abuela siguió cocinando en potes hasta hace muy poco, a pesar de tener cocina de gas butano, porque nada sabe igual que una sopa o unas patatas cocidas al fuego de la chimenea... (y a esto tengo que decir dos cosas: no me gusta nada de nada la sopa de mi abuela, pero como sus patatas, de sus tierras, no hay ningunas).
El ser humano puede recordar unos 10.000 olores... olores que nos traen momentos a la memoria, olores que nos alertan del peligro... olores que te llevan a otros lugares, mirando danzar el fuego, delante de una chimenea...
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