Y tú, ¿trabajas o te esfuerzas?

14 marzo 2009

Me encanta la sincronicidad de las pequeñas cosas. Esta semana me he leído el segundo libro de Haruki Murakami (de los que hay traducidos al español... sí, me enganché...), "Tokio Blues", y en el libro y en uno de los blogs que sigo habitualmente, Kirainet.com, he encontrado, prácticamente a la vez, el tema del título, tratado de una forma similar, y que me ha hecho reflexionar.

En el libro de Murakami aparece un personaje llamado Nagasawa, un chico universitario que estudia para trabajar en el cuerpo diplomático. Inteligente, respetado (e incluso ligeramente temido) por todos. Con un don innato para conseguir que los demás hiciesen lo que él quería... hijo de un millonario, a simple vista parece que para él todo ha sido fácil, que puede conseguir lo que quiera con sólo pedirlo... un personaje que camina sobre el filo de la navaja. A pesar de todo, el personaje se esfuerza:
-Nagasawa: " Muchas veces la vida me da miedo, como a todo el mundo. La diferencia está en que no lo admito como premisa. Quiero llegar hasta donde puede empleando todas mis fuerzas. Tomando lo que quiero, dejando lo que no quiero. Si meto la pata, me detengo y lo reconsidero. Si uno le da la vuelta a esta sociedad injusta, entiende que en el mundo puede explotar sus posibilidades"...
...
-Protagonista: "A mí me da la impresión de que en este mundo la gente se mata trabajando"
-Nagasawa: " No es más que trabajo. El esfuerzo del que hablo es algo que se hace por propia iniciativa, con un propósito determinado".

"Nunca habá pensado en la diferencia entre esfuerzo y trabajo. Estaba demasiado ocupado para hacerlo".

En el post de Kirai, habla sobre el valor del esfuerzo, el tesón y la perseverancia como medio para conseguir nuestras metas. Porque no se aprende un idioma en diez días, ni a programar, ni siquiera a controlar nuestras emociones... todo es el fruto del trabajo y el esfuerzo. Como dice el post: aprender en 10 años, porque 10 años de práctica es lo que te puede convertir en un maestro... 10.000 horas de trabajo y estudio, unas tres horas diarias, durante 10 años.
Mozart era un genio, que había tocado, antes de los 10 años, más de 20.000 horas, Nadal es un genio del tenis que ganó su primer torneo con 8 años, y llevaba ya cuatro años con la raqueta en la mano!

En España llevamos demasiado tiempo con la cultura del pelotazo y la ley del mínimo esfuerzo, hace unos años, cuando les preguntában a los niños por la calle qué querían ser de mayores, la respuesta solía ser "famoso", "salir en Gran Hermano" y cosas así...

Evidentemente todo tiene que tener un término medio, pero a veces estamos tan concentrados matándonos a trabajar, que se pierde de vista el rumbo y el objetivo. No distinguimos la diferencia entre trabajo y esfuerzo (yo la primera), porque, ¿qué es lo que realmente merece nuestro esfuerzo?: así, a bote pronto, me vienen a la cabeza las respuestas típicas, pero, que el fondo, son las verdaderas, lo más importante: la familia, los amigos, nuestros sueños, nuestros hobbies...

Por eso me he hecho un sólo propósito para "mi nuevo año", que ahora comienza: esforzarme por no volver a perder de vista mis sueños, por estar siempre ahí, por dedicar tiempo a mi gente, a mis hobbies, esforzarme por mostrarme tal y como soy...

Y tú, ¿trabajas o te esfuerzas?

4 Comentarios:

Paco Becerro dijo...

O la frase de Picasso, cuando le preguntaban por dónde encontraba las musas... y dijo, cuando ellas vienen, siempre me pillan pintando.

Me gusta lo del esfuerzo.

Bien visto

16 de marzo de 2009, 10:28
Paco Becerro dijo...

Acabo de colgar un monton de flores de almendro, cerezo, mimosa... bueno vale, y unas patatas con costillas tremendas...

besos

16 de marzo de 2009, 19:19
Cristina dijo...

Ahora me daré una vueltecita para ver las fotos, pero vamos, entre tú y Eva me vais a matar... me voy a deshidratar de tanto salivar MALA GENTEEEEEEEE!!!!!!
Un besazo
Y Gracias
Y qué tal el estreno?

16 de marzo de 2009, 19:21
Mad Hatter dijo...

Me solidarizo contigo "Arwen", esos dos nos van a matar, a base de recetas. Y en lo de esforzarse por las cosas que realmente merecen la pena, también. Una reflexión muy madura, sí señora.

16 de marzo de 2009, 21:10