Post nº 100: Un ciclo se cierra, otro se abre...

19 agosto 2008

Si hay algo de lo que siempre he sido consciente, a lo largo de mi vida, es de cómo todo se ha desarrollado en ciclos de 7 años. Puede parecer una locura, pero es algo de lo que ya me dí cuenta cuando estaba en la universidad.

Mis primeros siete años van desde mi nacimiento hasta que salí de mi primer colegio, con siete años, el Gerardo Diego, y me pasaron al colegio de mis hermanos, el Joan Miró. Es mi mas tierna infancia.

Los siguientes siete años van desde 3º de EGB hasta 8º, con el paso al instituto: empiezan las responsabilidades, cuidar a mis hermanos, etc... el infiernillo de infancia del que ya hablé en mis 100 caras .

Los siguientes siete comprenden el instituto y la universad, hasta que cumplí los 21. Poco a poco me fuí liberando, creciendo y adentrándome en el mundo de los "adultos". Y ya van tres ciclos.

El siguiente ha sido un poco más largo, desde que comencé a trabajar en Repsol hasta ahora. Aunque ha sido muchísimo más intenso en el último año. En este ciclo comencé un trabajo en serio, me independicé, comencé a vivir en pareja... pero hasta este último año no he empezado a conocerme a fondo a mí misma, a entenderme y corregirme (intentándolo sin descanso, consiguiéndolo a veces) , a buscar lo que quiero ser, mis sueños, aunque haya muchas cosas que no se pueden conseguir (hay que esperar a encontrarlas)...

Comencé este blog para soltarle al mundo lo que pienso y lo que siento, porque hay cosas que muchas veces me gustaría gritar a los cuatro vientos. No esperaba que nadie lo leyera, porque el universo de internet empieza a ser infinito, pero me alegra mucho saber que tengo un público fiel, 77 navegantes que me vienen a ver de vez en cuando, algunos dejando sus comentarios, dándose a conocer, compartiendo su mundo... gracias por vuestro apoyo y cariño, silencioso o no.
En el blog he ido desgranando gran parte de mi último año, con mis euforias y mis bajones, y la ayuda que me ha prestado es infinita... estoy cambiando y el blog cambia conmigo.

Ahora estoy cerrando este último ciclo, lo cual no significa que vaya a hacer borrón y cuenta nueva con todo. Voy dejando tras de mí una piel que ya no me sirve, usada y destrozada por el tiempo, y aparece un nuevo yo, con nuevas ilusiones, inquietudes, ambiciones... un yo sediento de vida, de aprendizaje, ambiciosa y esperanzada conmigo misma.

No ha sido fácil, ni tampoco lo será de ahora en adelante. No quiero hacer castillos en el aire, pero tampoco ser pesimista: me llevará trabajo y esfuerzo, no dejaré de crecer de repente, no llegará un momento en que alcance la sabiduría, porque, como dice mi amigo Nacho, la sabiduría no existe (bueno, y la felicidad tampoco)... habrá trampas por el camino, pero poco a poco haré como el río camino del mar: sortear los obstáculos, aprender de ellos, olvidarlos y seguir mi camino rumbo al mar...

Cuando sabes que estás en un cambio de ciclo, a veces, el miedo atenaza, y surgen las dudas sobre si el camino elegido es el correcto, te sientes pequeño respecto tus objetivos... lo ves todo lejano, demasiado difícil, y es entonces cuando te das cuenta, o llega un amigo y te arrea una patada en el culo, y ves que eres tú mismo quien te limitas, dejas que tus miedos tomen el control y decidan por ti... tengo, tenemos, que darnos cuenta de que nuestro potencial es infinito... de que llegaremos a ser lo que queramos, que sólo nosotros vivimos nuestra vida.

Una cita que acabo de encontrar:
"Debo empezar mi vida,
una y otra vez,
soñando lo imposible"

0 Comentarios: