Nuestro pequeño (gran) poder para cambiar el mundo

04 julio 2010

Hace cosa de un mes mi amigo Jesús me pidió que colaborara en un post para su blog No hay tiempo que perder. El post era una recopilación de artículos de sus lectores, en conmemoración del día mundial del medio ambiente (os lo dejo aquí).

Básicamente mi en mi colaboración hablaba del poder que tenemos cada uno de nosotros, por pequeño que creamos que es ese poder, para cambiar el mundo que nos rodea. Y es que la mayoría de la gente que conozco piensa que no tiene poder, ni voz ni voto para cambiar el mundo que le rodea, y que por pequeña que sea su aportación para mejorar, ésta es tan, tan pequeña, que no significará nada.

Esta semana volví a leer un comentario en esta línea en el blog de Ismael Serrano (algunos ya habéis bufado, que lo sé), en su última entrada, en la que narra la visita que ha hecho a Palestina, para colaborar con la UNRWA (agencia de la ONU que trabaja para ayudar a los refugiados palestinos).  La colaboración de Ismael consistió en grabar una canción con un coro de niños palestinos, y, posteriormente, destinar la recaudación de la venta de la canción a ayudar a estos niños. En ese post una chica comentaba que "estamos todos deseando colaborar, pero luego se nos olvidará", y que "estas ayudas son parches y tiritas".

No le quito razón, pero no tengo esa misma perspectiva derrotista. Quizá sea una pequeña acción, pero son el conjunto de todas las pequeñas acciones, de todos los granos de arena, los que acaban formando una montaña.

Y para muestra un botón: quién dice que no sirve para nada cada vez que con nuestra firma clamamos por causas injustas? o hacemos ver nuestra opinión sobre algo a los que nos gobiernan? Hace una semana Avaaz, una comunidad de internet que se dedica a recoger firmas y hacerlas llegar a los gobernantes, consiguió recoger más de un millón de firmas para que no se levantara la moratoria de la caza de ballenas. La campaña llegó a oídos de las delegaciones, los delegados de distintos países vieron con sus propios ojos como iba subiendo el contador de firmantes a favor de continuar con la protección, en la puerta de la convención, la prensa se hizo eco de la campaña y al final se tuvo éxito. Y con algo tan rápido, tan sencillo, tan fácil de comunicar a todo tu entorno, algo que no supone esfuerzo, consiguió que no se levantara el veto a la caza, se oyó nuestra voz.

Por eso creo que no hay colaboración pequeña, y que sí que tenemos poder para hacernos escuchar. Quizá no todos estemos preparados para ir directamente a las zonas donde hacen falta todas las manos y todo el apoyo del mundo, pero siempre hay alguna forma en la que podemos colaborar y hacer de éste un mundo mejor.

1 Comentarios:

Rodolfo Serrano dijo...

Un besazo. Y gracias a ti. Mil gracias

9 de julio de 2010, 11:36