Toda acción siempre conlleva un riesgo, por mínimo que éste sea. Aunque no seamos capaces (o no queramos... o lo que sea) de verlo.
Ayer por la mañana recogí un gatito enfrente de casa, estaba solo, en medio de la carretera, con una infección en los ojos de cuidado. No se movía y casi le atropella un coche, por eso, sin pensármelo dos veces lo cogí y me lo subí a casa, le limpié los ojitos y le dí agua. Estaba asustado, pero parecía que...